Discapacidad: su importancia como un concepto evolutivo

Hablar de discapacidad en la actualidad es tan común y natural como hablar de los últimos sucesos del día. La lucha de las personas con discapacidad para hacerse visibles, hacer valer sus derechos y favorecer una sociedad incluyente y respetuosa han rendido frutos en la mayoría de los países, permitiendo colocar el tema en las mesas de debate.

Sin embargo, la discapacidad es una situación heterogénea que involucra un concepto amplio, complejo y lleno de controversias, que depende del medio y la cultura, motivo por el cual es difícil de evaluar y definir. El concepto de discapacidad ha evolucionado con el paso de los años y el entendimiento de dicho proceso es vital para comprender la importancia de la inclusión, la no discriminación y la lucha incesante de las personas con discapacidad. Históricamente, se pueden identificar cuatro “modelos” que intentan explicar la discapacidad y que en la actualidad pueden coexistir en mayor o menor grado.

 

Modelo de prescindencia

En este modelo se consideraba que la discapacidad tenía un origen de causas mágico-religiosas y que las personas con discapacidad eran una carga para la sociedad, sin nada que aportar. Dentro de este modelo se contemplan dos: el modelo eugenésico y el submodelo de marginación.

El modelo eugenésico puede situarse en la antigüedad clásica, donde los griegos y los romanos, basándose en motivos religiosos y políticos, veían inconveniente el desarrollo y crecimiento de niños y niñas con discapacidad. Las causas de la discapacidad se explican desde un contexto religioso, la presencia de discapacidad en una apersona es resultado del pecado cometido por los padres (Grecia) o una ruptura en la alianza con los dioses (Roma). Esto aunado a la idea de que la vida de una persona con discapacidad no merecía la pena ser vivida y que se consideraba una carga para la familia y la sociedad, llevaba a prescindir de estas personas, mediante prácticas eugenésicas como el infanticidio en el caso de los niños y las niñas.

Por otro lado, el submodelo de marginación tiene como característica la exclusión, ya sea al subestimar a las personas con discapacidad o considerarlas como objeto de compasión, o como consecuencia del temor y el rechazo por considerarlas objeto de maleficios. En este modelo tanto el menosprecio y el miedo motivaba la exclusión social.

Es importante destacar que los encargados de diagnosticar si un comportamiento fuera de la norma era fruto de un proceso natural o de uno diabólico eran el médico y el sacerdote, aunque los diagnósticos y observaciones del médico quedaban supeditados a la opinión teológica, donde las causas mágico-religiosas son el origen de la discapacidad y las personas que la experimentan deberán vivir con el castigo recibido [1].

 

Modelo médico-rehabilitador

En este modelo las causas de la discapacidad dejan de tener explicaciones mágico-religiosas, pasan a ser médico-científicas, donde la discapacidad se atribuye en términos de la “enfermedad” o como “ausencia de salud”. Dentro de este modelo, las personas con discapacidad pueden ofrecer algo a la sociedad, sin embargo, este objetivo se alcanzará en la medida que sean rehabilitados o normalizados. Al ser un problema de salud personal, la discapacidades vista como una condición individual, por tal razón requiere de un tratamiento que permita alcanzar los estándares de lo que es considerado normal para el grupo poblacional al que pertenece y que de esta forma pueda obtener por parte de la sociedad el valor como persona.

En este modelo se contempla a la discapacidad como un proceso lineal, en el cual una condición de salud no resuelta deriva en discapacidad si no se logra la readaptación completa del individuo y culmina con minusvalía cuando no se logra su inclusión en la sociedad [2].

A raíz de este modelo surge la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidad y Minusvalías (CIDDM), cuya principal función es proporcionar una base científica para entender y estudiar los estados funcionales asociados a los estados de salud, además de proporcionar un lenguaje común para mejorar la comunicación entre profesionales de la salud y favorecer la codificación de la discapacidad que funcione como herramienta estadística [3,4].

 

 

Modelo social

Este modelo nace a partir del rechazo de las características expuestas por sus predecesores. En el modelo social se alega que las causas que ocasionan la discapacidad no son ni religiosas ni científicas, sino sociales. Se presume que las limitaciones funcionales personales no son el problema, sino las limitaciones de la sociedad para prestar los servicios apropiados para garantizar que las necesidades de este grupo poblacional sean satisfechas. No se trata de negar la individualidad de la discapacidad, sino enmarcarlo en el contexto social en el cual la persona se desenvuelve. Dentro del modelo social se sostiene que toda vida es igualmente digna, motivo por el cual las personas con discapacidad tienen la capacidad de contribuir en la misma medida que las personas sin discapacidad, a pesar de ello, las aportaciones estarán relacionadas con la inclusión y la aceptación plena de su diferencia.

El modelo social se aleja del modelo médico-rehabilitador, reduciendo el ámbito médico a lo estrictamente sanitario y no mezclarlo con la problemática social derivada de la discapacidad. No son los médicos con el modelo rehabilitador los que deben dictar la manera de vivir de una persona de discapacidad, sino ella misma la que de manera autónoma debe poder elegir libremente la forma en la que desea vivir.

En este modelo la discapacidad tendrá su origen en la forma de incluir, aceptar y respetar la autonomía de las personas con discapacidad, pasando de una condición de salud individual a una condición derivada del contexto, la ideología y la forma de actuar de las personas en toda la sociedad. Por lo que pretende evaluar la interacción entre las personas con discapacidad, la interacción entre ellas, el medio ambiente dentro del cual se desempeñan y la sociedad.

Es claro que aun cuando una persona con discapacidad interactúa en forma diferente a otras personas, los problemas que confronta no son originados debido a su discapacidad, sino principalmente a las actitudes que la sociedad manifiesta hacia la discapacidad. Así, la discapacidad esta determinada por la diferencia que existe entra las habilidades de una persona, las demandas sociales y las limitaciones impuestas por el medio ambiente [5].

 
Modelo social de la discapacidad

 

 

 

Modelo de derechos humanos

Si bien el modelo social hace referencia a la inclusión y autonomía de las personas con discapacidad, el modelo basado en derechos humanos busca equilibrar el acceso al ejercicio pleno de sus derechos y oportunidades en una sociedad dentro de la cual puedan desarrollar libremente y con dignidad sus propios planes y proyectos de vida. El ubicar a las personas con discapacidad bajo la visión de los derechos humanos, consiste e implica controlar las transgresiones por parte de las instituciones públicas, así como actos de particulares y de algunos grupos privados que los agreden, ya que en la actualidad el principio de universalidad de los derechos humanos no encaja de manera uniforme en el contexto en el que se desarrolla, experimenta y vive una persona con discapacidad. En este contexto la  Convención de los derechos de las personas con discapacidad plasma las esferas prioritarias sobre las que hay que trabajar con el objetivo de alcanzar una sociedad solidaria, incluyente y participativa, estas esferas son: posibilidades de acceso físico y comunicación, acceso a la educación, acceso a la cultura, inclusión en actividades recreativas y deportivas, asegurar el mantenimiento de los ingresos y la seguridad social, derecho a una vida de familia y la integridad personal, derecho y respeto a profesar una religión y por supuesto, derecho a conseguir y conservar un empleo [6].

Este modelo presenta a las personas con discapacidad como titulares plenos de derechos, no de privilegios, intentando producir un transito de ciudadanos invisibles, debido a las barreras a las que se enfrentan, a ciudadanos iguales y participativos, por su integración a la vida de la comunidad. Para este fin es indispensable construir una sociedad accesible, sin embargo, para lograrlo es necesario practicar la tolerancia y el respeto a la diferencia, valorándola como algo positivo y como la única forma de construir una democracia verdadera [7]. El modelo de la discapacidad basado en derechos humanos constituye más que un modelo de igualdad y no discriminación, es un modelo que busca reconocer la diversidad, abrir oportunidades y permitir el desarrollo pleno de las personas con discapacidad.

 

Modelo multidimensional

Es considerado el modelo más reciente para definir la discapacidad, en el cual se le visualiza como una situación heterogénea que envuelve la interacción de una persona en sus dimensiones física y psíquicas y los componentes de la sociedad en la que se desarrolla y vive. En este modelo todos somos susceptibles en mayor o menor grado de padecer discapacidad en algún momento de nuestra vida y considera a todas las condiciones de salud en igual de circunstancias, donde el entorno es el que determina el desempeño o participación del individuo. El modelo multifactorial es la base sobre la que se sustenta la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y la Salud (CIF), la cual establece un modelo para el “proceso” del funcionamiento y la discapacidad, en este nuevo paradigma de la discapacidad el funcionamiento de un individuo en un dominio específico se entiende como una relación compleja o interacción entre la condición de salud y los factores contextuales (factores ambientales y personales), donde además existe una interacción dinámica entre los elementos: las intervenciones en un elemento tienen el potencial de modificar uno o más de los otros elementos. Estas interacciones son específicas y no siempre se dan en una relación recíproca predecible.

La CIF está basada en la integración de los modelos médico y social, opuestos entre sí en muchos sentidos. Con la finalidad de conseguir la integración de las diferentes dimensiones del funcionamiento, la clasificación utiliza un enfoque multidimensional y/o biopsicosocial, intentando conseguir una síntesis y proporcionar una visión coherente de las diferentes dimensiones de la salud desde una perspectiva biológica, individual y social. Así, la CIF agrupa sistemáticamente los dominios de la salud y los dominios “relacionados con la salud”, tomando en cuenta sus características comunes y ordenándolas en una perspectiva lógica. Consta de tres componentes esenciales. El primero de ellos, funciones y estructuras corporales, tiene que ver con las funciones fisiológicas/psicológicas y los elementos anatómicos, y es su ausencia o alteración lo que concebimos como deficiencias en las funciones y las estructuras. El segundo componente, la actividad, se refiere a la ejecución individual de tareas y las dificultades que tiene una persona para realizarlas son las limitaciones. El tercer componente, la participación, se refiere al desenvolvimiento de las situaciones sociales y los problemas que el individuo experimenta en tal desenvolvimiento constituyen las restricciones [8].

Aunque la aplicación del modelo biopsicosocial en la medicina ya se viene aplicando desde hace tiempo en la rehabilitación física y mental, la CIF ofrece el modelo científico válido universalmente para ejecutar el cambio efectivo desde el paradigma conceptual puramente médico hacia un modelo biopsicosocial del funcionamiento humano y la discapacidad.

El reconocimiento del funcionamiento y la discapacidad como problema mayor de salud pública, tanto en países desarrollados como emergentes, es lo que ha llevado a la OMS a desarrollar la CIF como lenguaje internacional estandarizado capaz de describir y clasificar la salud y las dimensiones relacionadas con ella, y así promover un marco común para la medición de los resultados sanitarios.

 
Modelo multidimensional de la CIF sobre la discapacidad

 

Importancia de hablar sobre discapacidad

Se calcula que más de mil millones de personas experimentan discapacidad, cifra que corresponde aproximadamente al 15% de la población mundial, y alrededor de 190 millones (un 3,8%) de las personas de 15 o más años tienen dificultades importantes para funcionar, que a menudo exigen servicios de atención de salud. Por otro lado, el número de personas con discapacidad va en aumento, lo que se explica por la creciente prevalencia de dolencias crónicas y el envejecimiento de la población, donde la expectativa de vida se incrementa, pero los padecimientos crónico-degenerativos la acompañan, favoreciendo la presencia de una población envejecida y enferma [9].

Méxicono es la excepción a este proceso de transformación poblacional. El Censo de Población y Vivienda 2020 dejó ver queenMéxico hay 6,79,890 personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa 4.9% de la población total del país. Además, el 53% son mujeres y 47% son hombres, fenómeno explicado por las diferencias biológicas de sexo (las mujeres presentan una expectativa de vida mayor que los hombres) y por las diferencias de género establecidas por la sociedad, donde las mujeres tienen menos oportunidades de desarrollo profesional [10].

Con estas cifras es difícil pensar en las personas con discapacidad como un grupo minoritario, razón por la cual es indispensable generar las políticas públicas y de salud que permitan su libre participación, desarrollo personal, inclusión y visualización con la expectativa de buscar una sociedad más incluyente, respetuosa de la diversidad y justa. La búsqueda de estas características y la lucha social de las personas con discapacidad son las que han llevado a una evolución del paradigma que trata de establecer a la discapacidad como una condición que no limita, no excluye y no menosprecia a las personas que viven con ella y que en la riqueza de la diversidad es donde encontramos la grandeza del ser humano.

 

Referencias

[1] R. GARLAND. The eye of the beholder Deformity & Disability in the Graeco-Roman world, Duckworth, London. 1995.

[2] Albarrán, A. Algunas perspectivas y modelos de comprensión de la discapacidad. Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2015; XXI(2), 127-165.

[3] BadleyEM, Lee J. (1987), Impairment, disability, and the ICIDH (International Classification of Impairments, Disabilities, and Handicaps) model. I: The relationship between impairment and disability. Int Rehabil Med 1987;8(3):113-7.

[4] Badley EM, Lee J, Wood PH. Impairment, disability, and the ICIDH (International Classification of Impairments, Disabilities, and Handicaps) model. II: The nature of the underlying condition and patterns of impairment. Int Rehabil Med 1987;8(3):118-24.

[5] Arnau Ripoll S, M . S.  Una Construcción Social de la Discapacidad: el Movimiento de Vida Independiente, en las VIII Jornadas de Fomento de la Investigación de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. Fórum de Recerca. 2003;8. pp11.

[6] Parra-Dussan C. Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: antecedentes y sus nuevos enfoques, 16 International Law, Revista Colombiana de Derecho Internacional, 2010; 347-380.

[7] Stuki G. International Classification of Functioning, Disability, and Health (ICF): a promising framework and classification for rehabilitation medicine. Am J Phys Med Rehabil. 2005; 84: 733-40.

[8] R. GARLAND. The eye of the beholder Deformity & Disability in the Graeco-Roman world, Duckworth, London. 1995.

[9] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/disability-and-health

[10] https://www.inegi.org.mx/temas/discapacidad/