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La consideración lingüística de las lenguas de signos permitió, en las dos últimas
décadas del siglo XX, abordar la condición del sordo (o Sordo) desde un punto de vista
cultural, como sujeto potencial de una comunidad lingüística. Al mismo tiempo, el
desarrollo de los implantes cocleares promovió la posibilidad de una solución clínica y,
con ella, la doble consideración de la sordera: mutismo versus visualización. En esta
comunicación analizaremos la evolución de ambos tratamientos desde el siglo XVI
dentro de la llamada Escuela Española, tomando como síntoma de dicha evolución la
que se fue produciendo de forma muy significativa en la denominación misma de los
sujetos "mudos" y de sus gestos o "señas". Repasaremos, además, algunas de las
antiguas soluciones médicas, muchas de ellas inauditas, y algunos de los artilugios
técnicos ideados para representar el habla. Por último, indicaremos algunos hitos no
señalados hasta ahora que demuestran el progresivo valor epistemológico que la mímica
o la lengua de signos fue adquiriendo en el pensamiento lingüístico y semiótico de los
siglos XIX y XX.
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